Aunque la mayor parte de los catalanes suelen decantarse por regalar una rosa roja para Sant Jordi, también es posible encontrar algunas rosas de otros colores en otras fechas. La cuestión es que la cosa podría cambiar si la campaña de «Òmnium Sant Jordi» triunfa y que este año veamos más que nunca las rosas de color amarillo. La razón de esta campaña es la protesta para que los presos políticos independentistas encarcelados en las prisiones de Madrid sean liberados. Lo que ellos consideran como «el color de la libertad». “Llenemos las calles de dignidad. Regalemos rosas amarillas”, proclaman en el cartel. Una campaña que ya ha sido apoyada por muchos políticos simpatizantes con el movimiento de independencia, incluído el ex presidente Carles Puigdemont.
La cuestión es que en Cataluña apenas se producen este tipo de rosas, por lo que si los clientes quieren comprar mrosas amarillas habrá que importarlas de otras regiones de España y países de Europa y América Latina, Lo que puede ocasionar grandes daños a la ya maltrecha industria floriasta catalana. De hecho, muchos profesionales del sector ya se han quejado porque consideran que antes de hacer este tipo de campañas, deberían informarse bien.
Sant Jordi es el día en que más flores se venden de todo el año en esta región, incluso por encima de San Valentín. Alrededor de 6 o 7 millones de rosas, lo que quiere decir casi una por habitante. Por eso, las floristerías deben hacer sus previsiones con mucho tiempo de antelación. Las tiendas deben hacer sus pedidos con meses de antelación en base a las ventas que han tenido en años anteriores. Y, obviamente, estas estimaciones siempre se realizan con rosas rojas y no amarillas. Con lo cual, para las floristerías es muy complicado calcular cuánta gente querrá rosas amarillas para Sant Jordi.
Debido a la polémica generada, desde Òmnium se ha propuesto «que la gente compre una roja como se ha hecho de toda la vida, y luego otra amarilla. No es una campaña excluyente». Y, aunque es una iniciativa que gusta más a los floristas porque venderían el doble de rosas, existen ciertas rticencias, ya que la gente no querrá gastar el doble de dinero y acabrán yendo a comprarlas a los puestos de la calle que ofrecen rosas más baratas pero de peor calidad. Mientras que las rosas de floristería duran frescas entre 15 y 20 días, hay algunas de la calle a las que se les caen los pétalos nada más comprarlas.
¿Cómo afectaría la compra de rosas amarillas para Sant Jordi a las floristerías catalanas?
Todos los vendedores están de acuerdo en que esta campaña no se aprobada. Y es que, más allá de la ideología política, lo que es evidente es que la tradición de Sant Jordi es la de regalar una rosa roja y no amarilla, por lo que este cambio puede afectar gravemente a las floristerías principalmente por tres razones.
La rosa amarilla se produce poco
La rosa amarilla tiene una demanda muy escasa. La que más se vende es la roja y, por eso, es la que más se produce. En segundo lugar, la más vendida es la blanca y la tercera la de color rosa. La que menos se compra es la amarilla, muy alejada de las cifras de los otros colores. De hecho, su venta es casi residual porque, más allá de los propios gustos, su forma no es tan bonita como la de las otras.
El sector de la flor en Cataluña ya está muy dañado
En los últimos años muchos productores han cerrado sus empresas o han cambiado el cultivo porque el negocio de las flores no les resultaba rentable, lo cual ha tenido mucho que ver con la competencia de países como Colombia y Ecuador, que han hecho que la región del Maresme, la mayor productora de flores de la región se haya visto muy afectada y que cada vez se cultiven menos rosas.
Hace un par de décadas todas las rosas que se vendían en Cataluña se producían en la comunidad, mientras que hoy el 90% de las que se venden en las floristerías proceden de fuera. La cuestión es que en Sant Jordi y en el resto del año las rosas rojas son las más vendidas, por lo que los productores de Cataluña tienen en su mayoría rosales rojos. El 95% de las rosas que se producen en Cataluña son rojas, por lo que si quieren venderse rosas amarillas habrá que pedirlas fuera.
El monopolio comercial europeo de la rosa en Holanda
Holanda es el país que tiene el monopolio comercial de la rosa en todo el continente. Allí llegan flores de todo el planeta y se distribuyen por el resto de países de Europa, por lo que también es allí donde se establecen los precios. Por lo general, la rosa amarillas es bastante más barata que la roja porque se compra menos. Sin embargo, cuando los holandeses han visto que la demanda de rosas amarillas aumentaba han aumentado el coste y ahora están más caras incluso que las rojas.
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